Época: Renacimiento Español
Inicio: Año 1500
Fin: Año 1599

Antecedente:
Arquitectura y urbanismo

(C) José María Quesada



Comentario

Junto a la conformación de la catedral como enterramiento imperial, la segunda decisión importante de Carlos V será la de situar la mansión terrena del emperador dentro del conjunto alhambreño, lo que supone la apropiación simbólica de un espacio de recia tradición palatina. Bajo la dirección del arquitecto Pedro Machuca se va a iniciar un programa constructivo tendente a la redefinición simbólica del conjunto musulmán. Este programa se concreta en tres puntos: Puerta de las Granadas, Pilar y Palacio de Carlos V. Los tres elementos constituyen un sistema coherente de apropiación urbana con un código simbólico que se concluye en el palacio.
La iniciativa partió del conde de Tendilla y las trazas se encargaron a uno de sus servidores, Pedro Machuca, un hidalgo toledano, prestigiado por su estancia italiana. Arquitecto y pintor, había desarrollado su actividad fundamentalmente como pintor y decorador de retablos e interiores. El proyecto para el emperador se realizará al amparo de la jurisdicción especial de la Alhambra, libre de las determinaciones que suponía el sistema productivo de gremios que dominaban la ciudad.

La planta cuadrada y el patio circular del palacio se corresponden con la idea de perfección formal ideal, y constituyen una propuesta simbólica al servicio de la idea renacentista de la majestad imperial. El interior se concibe mediante la superposición de los órdenes dórico y jónico con dinteles que funcionan de contrapunto con la circunferencia del espacio, constituyendo una gran fachada de un solo frente continuo, sin ángulos (Ignacio Henares). En el exterior el empleo de almohadillado rústico, la nueva superposición de órdenes en las pilastras y los programas iconográficos esculpidos en las portadas sur y oeste, muestra sin dificultad la simbología perseguida mediante las significaciones propias de la arquitectura y las figuraciones mitológicas y alegóricas que analizaremos más adelante.

Por lo demás, no podemos olvidar la existencia de una importante coincidencia entre esta forma de diseñar el espacio palaciego y la experimentación sobre planta central para el panteón imperial que lleva a cabo Silóe en la catedral.

Una tercera actuación imperial de importancia va a derivarse de la Junta celebrada en la Capilla Real en 1526, para plantear una línea coherente de actuación con respecto a la situación de los moriscos. La represión cultural se canalizó a través de la vía pedagógica. En primer lugar se obligará a los sacristanes de las parroquias a abrir escuelas para enseñar a los niños moriscos las verdades de la fe, lectura y escritura.

En segundo lugar se aprobó la fundación de la Universidad, la cual tendrá una clara repercusión urbana al situarse entre la catedral y la plaza Bibarrambla, verdadera plaza mayor de la ciudad.

La construcción responde a un diseño no unitario donde finalmente intervendrá Diego de Silóe, que unifica lo construido. El conjunto se estructura en torno a un patio rectangular con galerías y tres cuerpos en altura, con arcadas en los dos primeros. La fachada parece que fue realizada en 1530 por Juan de Marquina, aunque sólo se concluyeron la portada y vanos del primer piso con motivos renacentistas y una cartela latina relacionada con la función del edificio: "Ad fugandas infidelium tenebras hec domus litteraria fundata est" (Para ahuyentar las tinieblas de los infieles esta universidad fue fundada).

La cesión del edificio a partir del siglo XVIII a la Curia Eclesiástica supondrá la pérdida de significaciones al sustituir el programa de tondos en las enjutas del patio por heráldicas del arzobispo don Gaspar de Avalos al igual que en la portada, eliminando los recuerdos imperiales de su fundación.